Un equipo de arqueólogos ha descubierto un friso maya enterrado en una pirámide rectangular en Holmul, en la región de Petén (Guatemala). Sobresale la monumentalidad de esta pieza, que mide ocho por dos metros, y la imagen que representa: el torso y las piernas de un gobernante sentado sobre la cabeza de un espíritu de la montaña Maya. Además, las figuras humanas representadas se hallan en un entorno mitológico, que sugiere que éstos pueden ser los gobernantes divinizados.
El proyecto arrancó hace ya varios años cuando el reputado equipo de arqueólogos se puso a excavar en un túnel que habían abierto los saqueadores; éstos se habían acercado a él, más no habían visto porque se encontraba enterrado. El friso encontrado es uno de los ejemplos conservados de su tipo.
Se conserva en un 95%, solamente un rincón se halla en mal estado. Incluso se conserva parte de la pintura original del frisos; así, hay rastros de rojo, azul, verde y amarillo. Todo ello da idea de lo adornado de estos sitios y que verlos en aquella época era toda una delicia. Además, refleja la importancia de la civilización maya en Guatemala.
Los expertos consideran que la mayoría de grandes templos mayas probablemente fueron decorados con tipos parecidos de diseños. Sin embargo, no todos los templos fueron tan pulcramente sepultados y preservados como éste, lo que posibilitará estudiar un poco más la cultura de esta región de Guatemala.
La sección del templo en Holmul donde se encontró el friso se remonta a alrededor del año 590 después de Cristo, que corresponde a la etapa clásica maya, un período definido claramente por las luchas de poder entre las dos grandes dinastías mayas: Tikal y Kaanul. Los dos reinos pugnaban entre sí por los recursos y el control de otras ciudades más pequeñas de la región.
Foto vía Terrae Antiqvae