Me imagino que si la llaman la Ciudad de los Jardines, por algo será, ¿no?. Pero cuando estuvimos en Rabat, tuve ganas de ir buscar a aquel que se inventó el apelativo, porque Rabat podría ser muchas más cosas. ¿Ciudad de las montañas?, ¿de las flores?, ¿de las especias?… Rabat tiene mucho que ofrecernos.
He leído en muchos foros que no es la ciudad más bonita de Marruecos. ¿Contestación?. Ni falta que le hace, porque Rabat es pintoresca, tiene su propio encanto y una historia de más de diez siglos. Sus murallas al atardecer así la delatan.
Como cualquier ciudad marroquí, a muchos nos gusta llegar y perdernos por sus medinas. Rabat no es una excepción, por lo que buscadla. Es una medina hermosa, con unas preciosas vistas del Atlántico y las murallas de los andalusíes. El aroma y el sabor de esas pequeñas callejuelas hace que todo se nos olvide.
En Rabat tampoco podían faltar sus zocos, en donde se vende de todo, ni tampoco mezquitas, como la de Mulay Mekki, construida en el siglo XVIII. Pero tal vez el edificio más interesante de la capital de Marruecos sea la Kasbah des Oudaias, erigida en la época almohade.
Seguro que os detendréis como yo frente a su Puerta de los Oudaias, una de las más hermosas que veréis jamás. Atravesadla para descubrir una Rabat única, ambientada con el aroma del té a la menta de su Café Moro. ¿Lo queréis probar?.
Otro de esos edificios imponentes, históricos y casi sagrado es el Mausoleo de Mohamed V, que alberga las tumbas de los reyes Mohamed V y Hassán II. A su alrededor siempre hay un mar de gente, entre turistas y lugareños.
Más historia en Rabat encontraréis con su Torre Hassán, un minarete que no pudo terminar Yacub el Mansour, ya que murió antes. Si lo hubiera acabado, tal vez estaríamos hablando del minarete más parecido a la Giralda de Sevilla.
Y a todo esto habría que añadirle la Necrópolis de Chellah, los edificios del Palacio Real, el Museo Arqueológico y calles tan animadas como la de Essouiqa y la Rue de los Cónsules, ambas perfectas para disfrutar de la gastronomía tradicional en sus restaurantes o comprar artesanía en sus tiendas.
Claro, alguien dijo una vez que Rabat es la Ciudad de los Jardines. Nosotros no acabaríamos nunca de darle nombres… y de las murallas, y de las mezquitas, las medinas, las leyendas…
Foto Vía Qalam Center