Durante cinco siglos, los habitante de El Cairo, capital de Egipto, tiraron la basura sobre la muralla de la ciudad, formando un trmendo montículo que acabó ensombreciendo las deterioradas fortificaciones. Esa acumulación de residuos ha acabado transformándose en un sitio de esparcimiento y un muy necesitado “pulmón verde ” para esta maravillosa y cosmopolita localidad.
El parque Al-Azhar, que valió más de 30 millones de dólares, fue un notable regalo a El Cairo del Aga Khan, tiene una extensión de 30 hectáreas y se inauguró el 25 de marzo del 2005, en presencia del Aga Khan IV y Suzanne Mubara.
El parque es una franja que arranca al este de la mezquita de Al-Azhar y desciende hacia la Ciudadela siguiendo la línea de las antiguas murallas ayubíes, construidas por el recordado Saladino en el siglo XII.
Mientras que alrededor todo está seco, este parque es increíblemente verde, con césped cuidado, lomas cubiertas de hierba, huertos y parterres de flores. Se halla dividido por un jardín de estilo persa, con un canal que conecta uan serie de estanques poco profundos con fuentes, y existe un zona con un lago artificial. Todo el agua viene directamente del río Nilo a través de una conducción municipal cercana al parque.
En el extremo norte se alza un impresionante complejo construido a imitación de los grandes monumentos fatimíes y mamelucos. Aquí se halla el restaurante Citadel New. Asimismo, en el parque existen un café junto al lago, una zona de recreo para los niños, un anfiteatro y un teatro. A estos se les unirá en los próximos meses un museo sobre la historia urbana de El Cairo.
El extremo occidental queda limitado por las antiguas murallas, que se encontraban sepultadas bajo la basura y que han sido sacadas a la luz como parte del proyecto. El parque será también un catalizador de la renovación de los barrios adyacentes del Cairo islámico.
Finalmente, el enclave del parque ofrece una cautivadora panorámica de minaretes y cúpulas con los altos edificios modernos a lo lejos. Un lugar para pasear y relejarse en El Cairo. Toda una sorpresa.
Foto vía Diario de a bordo