Bled es una ciudad situada a orillas del lago Bled y en la zona noroccidental de Eslovenia en la Europa del Este. Se halla muy cerca de la frontera con Austria y a unos 50 kilómetros de la capital del eslovena, Ljubljana.
Es famosa por su lago glacial y atrae a numerosos turistas cada año. En sus bosques cirdudantes se alzan varias iglesias y castillos. En Eslovenia, Bled es conocida como la perla alpina y supone una de sus más preciadas joyas.
Bled es una pequeña ciudad situada en un entorno de cuento de hadas. Ubicada sobre un telón de fondo formado por las boscosas colinas de los Alpes Julianos, en el noroeste de Eslovenia, y los picos de las montañas Karavanke, está junto a un largo verde esmeralda con una isla en el medio, y alzándose sobre ella, en lo alto de un acantilado rocoso de la parte norte de la ciudad, está el imponente castillo de Bled.
Este precioso castillo, rojo y blanco, fue erigido en el siglo XIII, reconstruido en el siglo XVIII, renovado y remodelado en los años cincuenta de la centuria pasada y hoy en día alberga un museo. Su belleza resulta fascinante y más por el marco incomparable donde se halla.
Bled fue el antiguo hogar de la familia real yugoslava y un reputado balneario a principios del siglo XX. Además, el presidente yugoslavo Tito escogió este lugar como residencia de verano.
En la isla de lago Bled, se encuentra un singular iglesia blanca del siglo XVII en la que llama la atención su campana de los deseos. La leyenda cuenta que el esposo que es capaz de cargar con su mujer por los 99 escalones de piedra que hay entre el muelle y la iglesia tendrá un matrimonio feliz, y si hace sonar la campana, los sueños de la pareja se cumplirán.
Una vez en Bled, uno debe completar una excursión en un carruaje tirado por caballos alrededor del lago, navegar por el lago en una plenta (versión de una góndola de Bled) y si puede acudir en julio para presenciar el festival de Rikli, cuando miles de velas encendidas flotan sobre el lago. Maravilloso, simplemente.