Marrakech es una de las ciudades más importantes de Marruecos (África). Se encuentra al sur del país, al pie del Atlas. Cuenta con numerosos monumentos patrimonio de la Humanidad, lo que la convierten en el principal atractivo turístico del país. Además, Es, junto a Mequinez, Fez y Rabat, destaca como una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos.
Si uno viaja a Marrakech se sorprenderá con su pintoresco mercado nocturno. Cada noche, al ponere el sol, aparecen decenas de puestos de comida en el lado este de Jemaa el Fna. El lugar se convierte en un gran restaurante al aire libre. El visitante podrá disfrutar de la mayoría de los platos marroquíes.
Algunos de los platos más populares son los pinchos a la parrilla, las salchichas picantes, los tazones de sopa, los cuencos de garbanzos hervidos y el pescado a la brasa.
Por otro lado, todos los productos crudos son frescos y se cocinan en el momento y delante del cliente. No obstante, el agua que se usa para limpiar los platos y otros utensilios no se cambia casi en toda la noche. Por ello, se recomienda pedir la comida en papel y utilizar la manos para comer.
El precio suele ser barato. Si uno quiere una comida, incluso aunque no sepa árabe, podrá tenerla. Bastará con señalar lo que se desea. No hace falta ni regatear.
Además, el ocio no falta. Así, en torno a artistas de todo tipo, magos, y adivinas se congregan muchos espectadores. También llaman la atención los cuentacuentos que cautivan con sus historias de héroes islámicos y bufones. Sin olvidar a los bailarines y lo músicos que pueblan el mercado.
Si te gustan las hennas, aquí saldrás con una en tu cuerpo. Hay varias mujerse que tatúan manos y pies con complicados diseños. Los clientes eligen el dibujo en un libro de fotografías; los tatuajes suelen desaparecer al cabo de siete días.
Por último, uno de los mejores sitios para contemplar el espectáculo que se crea cada noche en la plaza es la terraza de la azotea del Café Glacier, en la zona sur de Jemaa el Fna.
Foto vía Taringa