Varsovia, tejados rojos en Polonia

Varsovia es de esas típicas escapadas en las que piensas que no vas a encontrar muchas cosas interesantes, y vuelves completamente enamorado de la ciudad. La capital de Polonia es uno de esos rincones en donde la mezcla de estilos te asalta en cualquier calle o plaza. Sus edificios de colores, sus tejados rojos y un centro histórico maravilloso son algunas de sus delicias.

La Plaza del Castillo y la Columna del Rey Segismundo son punto de encuentro y rincones destacados de ese centro histórico. Desde aquí ya vislumbramos los primeros acordes de las poderosas torres de la Catedral de San Juan, erigida en el siglo XV. De estilo gótico, su interior es realmente deslumbrante.

Saliendo de este templo nos tenemos que dirigir a la Plaza del Viejo Mercado, rodeada de casas de colores de llamativos tejados rojos. Estamos en uno de los rincones más hermosos de la ciudad, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1980. La Varsovia que vemos bien podría ser aquella Varsovia del siglo XIV, con la salvedad de que todo lo que nos rodea se debe a la reconstrucción que sufrió la ciudad tras ser casi totalmente destruida durante la Segunda Guerra Mundial.

Es una delicia perderse por las callejuelas de Varsovia, llenas de tiendas de souvenirs, cafés y terrazas, pequeñas plazitas y galerías de arte al aire libre, donde los artistas callejeros venden sus cuadros. Os recomiendo pasear por esta zona de Varsovia especialmente durante las mañanas, cuando es un bullicio constante de turistas y lugareños. En esta misma Plaza del Viejo Mercado se halla el Museo Histórico.

De la Varsovia medieval tenemos que ir poco a poco pasando a la ciudad moderna. Aunque eso de moderna es muy relativo, ya que toda esta zona pertenece al siglo XV. Buena cuenta de ello nos dan rincones como la Iglesia de las Sacramentinas, la Iglesia de San Francisco y la Iglesia de la Visitación de la Santísima Virgen, esta última la más antigua de la ciudad, tres visitas imprescindibles.

En la parte moderna también nos encontraremos con el Palacio Real. Ya desde aquí podemos buscar la orilla del río Vístula, para que nuestro paseo sea mucho más pintoresco. Apreciaremos la belleza de Varsovia reflejada en las aguas del río, así como la Iglesia de Santa Ana, del siglo XV, y el pintoresco barrio de Mariensztat. Un poco más adelante se sitúa el Palacio de los Radziwill, que sirve hoy de residencia al Presidente de la República.

Varsovia es una ciudad elegante y señorial. Sus calles y sus casas de colores son el reflejo del buen gusto. Pasear por sus barrios y, especialmente, por el centro histórico nos llevarán al encuentro de los siglos pasados. Un lugar que merece muchísimo la pena.

Foto Vía Wikipedia

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