Timos y otros problemas con los safaris en Tanzania

Cuando uno viaja a Tanzania suele completar un safari. Se trata de una ocasión única de disfrutar de la naturaleza en África. Si el turista está sobre aviso de los timos y los problemas habituales, no debería tener dificultades a la hora de reservar un safari o trekking.

Quienes contratan operadores serios, no deberían verse en ningún apuro. No obsttante, los que prefieran servicios más económicos en territorio tanzano tendrán que adoptar ciertas precauciones.

Abundan las historias sobre operadores de mala reputación y ética cuestionable, en particular entre lo que organizan subidas al Kilimanjaro. Muchas agencias emplean menos portadores de los necesarios, lo que supone que éstos transportan cargas excesivas. Además, algunas empreass no proporcionan a sus porteadores  y guías el equipo adecuado para combatir el frío o les pagan menos de lo debido.

Otra muestra de ética dudosa está relacionada con las tarifas del parque. Hay agencias que solo pagan la mínima; aunque el viajero quisiera permanecer un día más en el parque para acostumbrarse a la altura se verá forzado a subir la montaña rápidamente pues el operador ha recortado el precio a costa de las tarifas del parque.

Por otro lado, contar con un buen vehículo es un aspecto fundamental. Las agencias fiables suelen disponer de todoterrenos en buen estado, con radios y servicios de apoyo para que no se pierda demasiado tiempo en caso de avería. Se aconseja no adelantar ninguna cantidad en el pago de la reserva hasta haber visto el vehículo. No obstante, es frecuente entre las compañías menos serias enseñar un coche y luego hacer el safari en otro peor.

Normalmente, los problemas importantes, como las averías, suelen compensarse prolongando el safari más allá de la hora prevista. Si esto no es posible, los operadores pueden devolver al cliente el importe equivalente al tiempo perdido. Con todo, no se obtendrá ninguna devolución en casyo de problemas «menores», como un pinchazo o algo parecido; tampoco reembolsan nunca la entrada al parque.

Por último, un timo bastante frecuente es el siguiente: un individuo actúa de «gancho» y promete al viajero una ganga de safari o trekking, pero la oferta solo es válida si lo paga en el acto  a cambio, claro está, de un recibo. Al día siguiente, el vehículo apalabrado no aparece, el recibo resulta ser de una compañía inexistente, y el «gancho» no se deja ver nunca más.

Foto vía Bobby Tours

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