Trancoso es un pueblo pesquero situado en la salvaje costa selvática de Bahía, la parte nordeste de la inmensa costa de Brasil, que se ha convertido en un refugio para los que buscan lugares solitarios con un toque de glamour. Se halla a 700 kilómetros al sur de Salvador de Bahía. En los últimos años, Trancoso se ha puesto de moda como destino turístico de playa.
Rodeado de selvas tropicales vírgenes, bahías turquesas y playas de arena blanca, Trancoso fue uno de los primeros asentamientos portugueses de Brasil. Una vez allí, uno debe disfrutar con el sur, la comida, los lugareños, las playas o el bullicio de la plaza del pueblo.
La influencia inicial portuguesa resulta evidetne en la iglesia del siglo XVI de Sao Joao Bautista, situada en lo alto de una colina frente al mar. Desde aquí, hay vistas panorámicas de las playas que se extienden a norte y sur del pueblo, y del «Quadrado», una gran plaza central llena de vegetación que es el epicentro del pueblo. Aquí, las casas tradicionales de los pescadores pintados en azul eléctrico, rosa chicle y amarillo plátano se mezclan con modernas boutiques y excelentes cafés con terrazas bajo la sombra de palmeras frondosas.
Durante el día, los niños risueños juegan al fútbol en la plaza del pueblo, los ancianos pasean bajo las hileras de palmeras y los visitantes vestidos con pareos y cargados de lociones solares y cámaras se encaminan hacia algunas de las playas más hermosas de Brasil.
Al atardecer, las gente monta a caballo y disfruta de una copa de vino o un cóctel, preparándose para que empiece la magia. Al caer la noche, todo el Quadrado se ilumina con cientos de velas, los músicos tocan percusión y guitarras, y empieza el baile en un escenario realmente de ensueño bajo el cielo estrellado.
A pesa de su estatus como lugar turístico de lujo, Trancoso sigue siendo un pueblo encantador con fuertes vínculos con su pasado: los curtidos pescadores continúan tirando las redes desde sus coloridas goletas en las aguas poco profundas de la bahía.
Foto vía Playas de Brasil