Brest es la segunda ciudad más amplia de Bretaña (Francia). Esta localidad gala cuenta con una variada oferta cultural y de entretenimiento que estudiantes y militares (los dos grupos más numerosos de Brest) combinan con una concurrida agenda nocturna.
Lo que más destaca en Bresta es el Océanopolis, ubicado en el puerto deportivo, a tres kilómetros del centro urbano. La entrada vale 16 euros. Supone un espléndido ejemplo de espectacular parque temático que es, al mismo tiempo, científico, didáctico y respetuoso con los animales.
El centro de Brest está ocupado por el espacio vanguardista de la place de la Liberté, una bonita plaza cuyo principal atractivo son los juegos de agua y luz. El moderno edificio del Hotel de Ville (Ayuntamiento) está ubicado en su lado occidental y la oficina de turismo en la esquina con la avenue Georges Clemence. Además, sobresala la place de la Liberté como centro de ocio con varios restaurantes.
Descendiendo hacia el puerto se halla la rue de Siam convarios comercios y restaurantes en tanto que subiendo a la parte alta de la villa se accede a la rue Jan Jaurés, donde está ubicado casi el resto de las tiendas de la ciudad, y la iglesia gótica de St-Martin.
Asimismo, en Brest, destacan algunos museos notables. El Musée National de La Marine se halla en el Chateau de Brest; la exposición permanente se centra en los barcos militares, especialmente, del siglo XVIII.
Para conocer como era Bresta antes de ser destruidad durante la Segunda Guerra Mundial recomiendo ver la exposición del Musée de la Tour Tanguy. Asimismo, se tiene que acudir el Musée des Beaux Arts que exhibe obras de gran valor, sobre todo de la escuela de Claude Monet; y Le Memorial que alberga una muestra sobre la Segunda Guerra Mundial que aborda la destrucción del antiguo Brest.
Foto vía Sobre Francia