El Mont Blanc es una cima de 4.807 metros cubierta de hielo de la montaña y se trata de la montaña más alta de Europa. La ciudad más cercana al Mont Blanc, e ideal base desde la cual explorar esta paisaje salvaje, es Chamonix (Francia), que se acurruca en el valle verde del río Arve. Se trata de una ciudad animada, repleta de hoteles, restaurantes y bares que ofrecen sus servicios a turistas, senderitas, escaladores y esquiadores.
Desde Chamonix, se puede subir a un tren cremallera hasta Mer de Glace, una amplia lengua de hielo de 14 kilómetros de longitud, 1.200 metros de anchura y hasta 400 metros de profundidad en algunos lugares. Asimismo, se puede ascender por varios senderos.
Cerca, el glaciar parece menos bonito y más poderoso.Ya en su cima, se puede mirar a través de la nieve y el hielo Grands Charmoz, con forma de pirámide, y Aiguille du Dru. Recomiendo no recorrer el glaciar sin guía toda vez que las grietas profundas suelen merodear bajo capas finas de nieve y hielo, dispuestas a engullir al caminante.
Por otro lado, se puede completar un viaje en teleférico hacia abajo por un túnel tallado en las profundidades del glaciar. Asimismo, una de las mejores vistas del Mont Blanc puede obtenerse cogiendo el teleférico desde Chamonix hasta la parte superior a 3.842 metros de la punta de granito denominada como la Aiguille du Midi. El ascenso de tres kilómetros es uno de los más altos y empinados del mundo; toda una experiencia única. .
Después de realizar una parada para cambiar de teleférico en Plan d’Aiguille, el teleférico asciende al Pitón Nord donde se alzan la estación del teleférico y un restaurante. Desde aquí, un puente condude al Pitón Central más alto. Las vistas desde aquí resultan maravillosas.
Finalmente, desde la estación del teleférico en Pitón Nord se pueden raelizar una serie de viajes en teleférico por el valle Blanco nevado y hacia abajo por la parte italiana de la montaña hacia el pueblo de La Palud.
Foto vía Absolut Suiza