La reputada empresa nipona Slow Curve, especializada en publicidad ‘anime’ (animación japonesa), planea abrir 10 pisos o alojamientos en tres distritos de Tokio dirigidos a los numerosos amantes de los manga.
Akihabara, Ikebukuro y Nakano serán los tres distritos de la capital de Japón, Tokio, que contarán con diversos apartamentos amueblados, desde 36 euros la noche, con estanterías por todas las estancias con más de 2.000 cómics japonenes. Todo un hito para los amantes del manga.
Slow Curve tratará de adaptarse al cliente, de manera que en los apartamentos de Akihabara dispondrán de las últimas novedades en manga, en las estancias en Ikebukuro los cómics estarán dirigidos a mujeres y en Nakano habrá todo tipo de mangas clásicos.
Estos pisos para otakus (seguidores de la cultura japonesa) se encontrarán disponibles solamente para los visitantes extranjeros y para uso particular, si bien no se descartan posibles licencias en Tokio.
Admás, los usuarios obtendrán descuentos en restauración y tiendas especializadas en ´cosplay´ (opción de los otakus que se disfrazan de sus protagonistas favoritos en los mangas) y en las jugueterías próximas a los pisos.
Esta singular iniciativa responde a una ambiciosa estrategia de la urbe japonesa en busca de la creación en una zona especial para fomentar el crecimiento económico local.
Manga es la palabra japonesa que se usa para designar a la historieta. Se traduce, literalmente, como «dibujos caprichosos» o «garabatos»; fuera del Japón, se la usa solo para referirse a la historieta japonesa.
El manga nace de una mezcla entre el ukiyo-e y el estilo de dibujo occidental, y sólo después de la Segunda Guerra Mundial, se convertiría, progresivamente, en lo que hoy en día es.
En la acatualidad , el manga es el estilo más conocido del mundo y representa una parte importantísima del mercado literario del país. El manga abarca todos los géneros y llega a todos los públicos, motivando además adaptaciones a distintos formatos: series de dibujos animados, películas de imagen real y videojuegos.
Foto vía El Diario.es