La isla de Mona está situada a 74 kilómetros de la costa oeste de Puerto Rico. Se trata de una isla deshabitada ubicada al oeste de Puerto Rico, perteneciente a la municipalidad de Mayagüez. La isla de Mona, junto al Islote Monito, constituyen una reserva natural manejada por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico.
Para visitarla hay que solicitar permiso a este departamento. Además, algunas agencias de ecoturismo y submarismo organizan expediciones a la isla, a la que se puede llegar en barco o avioneta privados. Mide 11 kilómetros de largo y unos 7 de ancho, y tiene un clima seco característico de algunas regiones subtropicales.
Situada en el centro del canal de la Mona, la isla estuvo habitada por los indios tínos, que dejaron una serie de jeroglíficos y pinturas rupestres en las cuevas diseminadas por los acantilados costeros de 60 metros de altura. Más tarde recibió la visita de piratas y bucaneros y, según cuenta la leyenda, esas mismas cuevas podrían esconder un tesoro.
En la década de 1880, un empresario alemán recibió la concesión para explotar las minas de fosfato de la isla. Entonces, se construyeron las carreteras y se exploraron las primeras cuevas. En 1896, la compañía minera cesó su actividad y la isla ha estado prácticamente deshabitada desde entonces.
Esta remota isla es famosa por su fauna, con murciélagos, aves marinas e iguanas de casi un metro de largo. También hay arrecifes coralinos intactos, sobre todo, en las costas oriental y occidenatl, con una prolífica vida marina.
Entre las cuevas con petroglifos, se podrán visitar las de la Esperanza, El Gato y La Negra. Algunas de las playas más concurridas son la Brava, la de Mujeres, la del Uvero, la de Sardineras y la de Pájaros.
En la playa de Sardineras está permitido acampar si se posee un permiso otorgado por el Departamento de Recursos Naturales, que también ha instalado algunas cabañas. No encontrarás tiendas ni locales de ningún tipo, por lo que es necesario llevarse la comida y el agua que vayas a consumir durante la estancia en la isla Mona.
Foto vía Emilio Vega