En Berlín, la capital de Alemania, la Segunda Guerra Mundial y la posterior Guerra Fría dejó mucha huella. Uno de los mejores ejemplos de ello es el Allierten Museum (El Museo de los Aliados) que está en el número 179 de la calle Hellersdorfer. La entrada es gratuita y se puede visitar de jueves a martes entre las 10.00 y las 18.00 horas.
El Museo de los Aliados detalla la historia y los retos a los que se midieron los Aliados occidentales en Berlín una vez acabada la Segunda Guerra Mundial y durante la singullar Guerra Fría.
Las exposiciones de este museo berlinés se presentan de manera cronológica en dos edificios y en el jardín central. Se recomienda comenzar el recorrido por el antiguo cine para los tropas provenientes de los Estados Unidos, con el puente aéreo de Berlín de 1948 como hito fundamental.
Luego, se sigue con la etapa dedicada a la Guerra Fría, presentada con gran profundidad en la biblioteca Nicholson. Uno de sus hitos es la impresionante reconstrucción parcial del túnel del espionaje de Berlín, erigido por los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos entre 1953 y 1954 con el fin de crear escuchas en el sistema telefónico central de la Unión Soviética.
El original medía dos metros de ancho y 450 metros de largo y permitió registrar más de medio millón de llamadas hasta que un agente doble desveló este secreto a las autoridades soviéticas.
Asimismo, la visita al museo termina con una visión general de los sucesos que llevaron a la caída del comunismo y del Muro de Berlín en el ocaso de la década de 1980. Un punto vital en la historia moderna de Alemania.
Por otro último, en el jardín del Museo de los Aliados se puede ver algunos de sus objetos más curiosos: la garita original del Checkpoint Charlie, un avión Hastings que se utilizó durante el puente aérero, el vagón restaurante de un tren militar galo, un pequeño tramo del Muro de Berlín y una torre de vigilancia de la antigua República Democrática Alemana.