Eslovaquia se halla en el centro de Europa y pertenece a la Unión Europea. Limita al suroeste con Austria, al noroeste con la República Checa, al norte con Polonia, al este con Ucrania y al sur con Hungría. Desde 1993, es una nacion independiente cuando de la antigua Checoslovaquia aparacieron la República Checa y Eslovaquia.
Los eslovacos apoyan su creciente industria turística en la red de senderismo de los Altos Tatras, el Mála Fatra y los Beskides orientales. Asimismo, la visita a Bratislava, capital del país, y a varias ciudades flanqueadas por castillos representan un excelente apoyo a las caminatas al aire libre.
Paisajes y excursiones:
Los Altos Tatras son el punto más elevado y más famoso de Eslovaquia. Se pueden descubrir valles, lagos glaciares, crestas rocosas, fauna (águilas reales, lobos, osos, cabras y marmotas) y flora en los senderos próximos a las crestas o, más abajo, en el Magistrala, un sendero de unos 50 kilómetros. Además, destacan el valle de Rohace, Zverovka y el valle de Ziar y varias estaciones de esquí.
Los Bajos Tratas reciben cada vez más visitantes debido a los paisajes del Parque Nacional Slovensky Raj, el “paraíso eslovaco”. Dos macizos más, el Malá Fatra, al oeste del país, y los Beskidas orientales, en los confines de Polonia y Ucrania, resultan perfectos, con el Karst eslovaco para el senderismo.
Ciudades:
Bratislava está bañada por el Danubio y su casco antiguo es espléndido. El castillo, antigua residencia real que actualmente alberga el Museo Nacional, domina el río azul. La catedral de San Martín, el palacio Mirbach, el palacio de Primado y la Opera son los otros atractivos más sobresalientes de la capital eslovaca.
En Trnava, se tienen que visitar las iglesias góticas (San Nicolás) o barrocas (San Juan Bautista), las residencias antiguas de fachada barroca y los restos de fortaleza. En Levoca, sobresalen las casas del estilo gótico y la iglesia de San Jacobo.
Además, llaman la atención el castillo real de Trencin, el castillo de Spis, las iglesias de madera de numerosas localidades del este, la catedral de San Egido en Bardejov y la estación termal de Piets’any.
Foto vía Juventud Rebelde