Hamina es una localidad ubicada en el sur del país y puerto principal de Finlandia, especialmente, para cargamentos forestales a Rusia. Su centro histórico presenta una forma octogonal, y junto a los desaparecidos muros y bastiones que lo rodeaban en 1790 representó la estrella de ocho picas más segura del sur de Finlandia. Este fortín clasicista se halla a sólo 37 kilómetros de la frontera con Rusia, en la “ruta del Rey” entre Estocolmo y San Petersburgo.
Durante la Edad Media, esta localidad suponía un espacio comercial fronterizo y muy activo. La iglesia de piedra de Vehkalahti (levantada en siglo XV) se alzaba como el edificio más sobresaliente, y su aspecto actual se debe a la reconstrucción que C.L. Engel concluyó en 1828.
Por otro lado, Keskutori es el núcleo de un octágono, un plaza redonda con calles concéntricas y ocho salidas radiales, un centro urbano que estuvo protegido por bastiones y muros a finales del siglo XVIII. En el centro de la plaza se alza el Raatihuone (Ayuntamiento), y saliendo en dirección sur se accede a los restos de muros defensivos y bastiones que fueron restaurados hace unos ciencuenta años.
Para conocer la historia de Hamina, lo mejor es visitar alguno de sus museos. En Kadettikoulunkatu 2 se encuentra el Museo Municipal, antiguo palacio con historia, toda vez que en el año 1783 fue la sede para la cumbre ceremonial entre Catalina II de Rusia y el rey de Suecia, Gustavo III.
Asimismo, en Kasarminkatu 6 está el Kauppiaantalomuseo, un espacio detenido en el tiempo que exhibe la tienda comercial de ultramarinos y la casa de un comerciante de principios del siglo XX. Saliendo por la puerta trasera se llega a una manzana de casas de madera y talleres.
Al lado del museo, todavía funciona la vieja panadería de Vera Resenkov. Entre las calles de ambos museos se alza la iglesia ortodoxa Pietari Paaralin Kirkko.
Foto vía Rantapallo