Orvieto es una encantadora ciudad de la la provincia de Terni en Italia. Orvieto cuelga de un gigantesco saliente rocoso de suave toba volcánica, mas su marcado desnivel se compensa con un funicular que separa el magnífico centro medieval y etrusco, en la cima, de la moderna zona de Orvieto Saclo en la parte baja.
Su recoleto y preicioso centro histórico convierten a Orvierto en un imán para todo tipo de turisats. Se puede llegar en tren o carretera de manear sencilla desde Roma, Florencia o Perugia.
La importancia política de Orvieto en la historia es bien conoccida. Fue primus inter pares (primera entre iguales) de la original federación etrusca. Los etruscos excavaron un panal de pozos profundos (el Pozzo della Cava es espectacular), habitaciones subterráneas, pasadizos y aberturas en la suave toba.
Además,, posteriores residentes, amenazados por el asedio, añadieron molinos subterráneos y establos. En 1527, durante el saqueo de Roma, el papa Clemente VII se refugió en Orvieto y un mandó construir un pozo con una doble rampa para un acceso sencillo.
Por otra parte, sobre el nivel del suelo, la catedral blanca y negra del siglo XII domina las enrevesadas calles. Sin duda, se trata de la atracción más fascinante de Orvieto, y exhibe varios frescos fantásticos de Luca Signorelli y Fra Angelico, aunque la miríada de iglesias y palazzos que abarrotan sus alrededores sobresale igualmente.
Además, en esta bella ciudad del norte de Italia hay que ver el museo municipal, el museo de Claudio Faina, la torre Moor, el Orvieto subterráneo, la iglesia de San Giovenale y la necrópolis etrusca a las afueras de la ciudad.
Finalmente, Orvieto es sinónimo de notables restaurantes y vino excelente, y se puede disfrutar de ambos en un elegante entorno medieval. Así, hace ya 1.500 años, Orvieto se ganó el apodo de Oinarea, “donde corre el vino”.
Foto vía 3 Viajes al día