La cárcel de la isla San Lucas, que funcionó entre1873 y 1991 y que albergó dentro de sus muros a los presos más peligrosos de Costa Rica, se h convertido en un atractivo destino turístico, dotado de una dilatada y oscura historia de torturas, a la que se suma la enorme riqueza natural que la rodea.
La isla San Lucas, se halla a tres kilómetros de la costa de Puntarenas, en la zona del Pacífico central de Costa Rica. La isla recibe la visita de numerosos turistas que desean conocer la historia de la cárcel, así como las duras condiciones con las que se tenían que enfrentar cada día los reos allí confinados.
De este modo, las autoridades de Costa Rica están invirtiendo en la restauración de los edificios históricos, hoy en día muy deteriorados por el transcurrir de los años. Las nuevas obras som la reconstrucción de su muelle y la edificación de una casa para los guardabosques, un centro de educación ambiental para los turistas, servicios sanitarios y una planta de tratamiento de agua.
La cárcel se inauguró en tiempos de Tomás Guardia, 1831-1882 y en un primer momento, se pobló con políticos ‘indeseables’ y más adelante con los delincuentes más violentos del país. Hasta 1950, los reos desobedientes a podrían recibir castigos en dos lugares, conocidos como ‘el hueco’ y ‘la plancha’, siendo normal escucharles gritar y pedir auxilio.
Además, cientos de escritos todavía se pueden ver en las paredes de las celdas, y también amplios dibujos con alto contenido sexual, como ‘La chica del bikini rojo’ y ‘La chica del consuelo’, dos obras realizadas a tamaño real que representaban preciosas mujeres y con las que los reos trataban de olvidar su dura estancia allí.
El guía de esta cárcel relata a los turistas como la mujer del bikini rojo tiene trazos hechos con sangre de una enfermera que atendía a los reos y que fue asesinada por ellos mismos.
Por último, los turistas pueden caminar por el bosque tropical seco que rodea la antigua cárcel y que desde el año 2001 se denomina Refugio de Vida Silvestre Isla San Lucas.
Foto vía Hazte La Maleta