El parque nacional de Simen se encuentra en el noroeste de Etiopía, al este de la autopista entre Gondar y Aksum. La erosión masiva sufrida durante años por la meseta etíope ha creado uno de los paisajes más espectaculares del mundo. El parque nacional de Simen, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, consiste en un macizo rocoso, salpicado de arroyos y desfiladeros con unos desniveles impresionantes que conducen hasta amplios valles repletos de vegetación.
La cumbre más alta de las montañas Simen, el Ras Dejen, de 4.620 metros de altura, es el punto más alto de Etiopía y la cuarta montaña más alta de toda Africa. Además, el parque nacional tiene tres regiones botánicas: los acantilados bajos para el cultivo y el pasto, las zonas alpinas selváticas y la vegetación de las altas montañas en las que crecen la hierba y el brezo, la knifofia roja y la lobelia gigante.
No sólo las vistas desde las montañas son impresionantes, sino que el parque también alberga algunos animales extremadamente raros, como los babuinos gelada (corazón sangriento) con sus característicos pechos de color rojo, los oscuros zorros de Simen, el águila cafre, el halcón, los lobos etíopes y las grandes aves de presa como los quebrantahuesos.
En 1969, el parque se creó principalmente para proteger a las 1.000 cabras montesas de Etiopía, una especie de cabra salvaje que no se encuentra en ninguna otra parte del planeta Tierra, que también vivívan en el parque.
El parque es excelente para practicar el senderismo y resulta fácilmente accesible desde Debareq, a 101 kilómetros de Gondar. Las infraesctructuras so buenas: dispone de equipamientos, provisiones y guías. Aunque no están muy lejos del ecuador, la nieve y el hielo aparecen habitualmente en las cotas más altas de las montañas Simene y las temperaturas nocturnas caen por debajo de los cero grados, así que es importante ir preparado para cualquier condición climática.
Foto vía Viaje a Africa