Las islas Ogasawara, o islas Bonin, son un remoto grupo de 30 islas del oceáno Pacífico pertenecientes a Japón. Se formaron a partir de un antiguo volcán submarino, y en ellas se encuentran más de 140 especies de plantas indígenas e insectos, como el caballito del diablo de Ogasawara. De las 97 especies de árboles que hay en las islas, 73 son endémicas.
Se llega a estas islas viajando en barco desde Tokio, capital nipona, hasta Chichijima. El barco sólo sale una vez por semana y el trayecto durante 25 horas por lo que uno debe tener donde va antes de subirse a bordo.
En 1827, un buque de guerra británico encontró las islas y se apoderó de ellas, y no fueron devueltas a Japón hasat 1876. Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), todos los habitantes de estas islas se trasladaron a territorio japonés, y al final de la contienda las islas estaban bajo el control estadounidense. Devueltas, finalmente en 1968, hoy en día forman parte de la prefectura de Tokio, a pesar de que se encuentran a más de 1.000 kilómetros de distancia en el oceáno Pacífico.
Sólo Chichijima (isla padre) y Hajajima (isla madre) están habitadas, y su población total es de apenas 2.300 personas. Sus principales productos son la madera y la fruta, como piñas y bananas. Ogasawara no ha sufrido ningún tipo de explotación y está libre de contaminación, y sus aguas cristalinas están llenas de arrecifes coralinos y peces tropicales.
Asimismo, se trata un lugar ideal para ver en directo ballenas y delfines, y se pueden hacer excursiones de todo tipo. Se encuentran ballenas jorobadas y sus crías todo el año, aunque el mejor momento para verlas es de agosto a octubre. También se pueden ver varios tipos de delfines, y en ocasiones se puede nadar con delfines nariz de botella y delfines giradores.
Por último, la pequeña y llana isla que se ve desde Hahajima tiene una gran playa de arena blanca perfecta para nadar, a la que acuden a poner sus huevos las tortugas verdes, en peligro de extinción.
Foto vía Global Voices en español
