Berna es la capital federal de Suiza. El casco antiguo de Berna ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983. Pasear por este lugar resulta una experiencia inolvidable ya que su arquitectura y el plano de sus calles se conservan casi igual que en la Edad Media.
Fundada en el siglo XII en la ladera de la colina junto al río Aare, Berna cuenta con una amplia variedad de estilos arquitectónicos y unas características que muestran su dilatada historia, como las arcadas del siglo XIII y las fuentes del XVI. Ampliamente restaurada en el siglo XVIII, Berna ha sabido mantener su encanto original y su personalidad.
El oso que se ve en el escudo de armas de la ciudad apareció por primera vez en 1224. La leyenda dice que la ciudad fue bautizada con el nombre del primer animal que cazó el duque Berthold V de Zähringen quien mandó al noble Cuno Von Bubenberg la construcción de la ciudad en una estrecha península cubierta de robles.
Una formidable presencia en el centro de la ciudad, el Zytologge, o torre del reloj, es tanto el punto de referencia oficial de Berna como el punto desde el que se miden todas las distancias en su cantón. Bajo la cara de este reloj destaca un intrincado artefacto astronómico y astrológico.
Poco antes de cada hora, unas figuras mecánicas surgen del reloj, entre ellas un gallo, un desfile de osos, Cronos con su reloj de arena y un bufón bailarín. El mecanismo interior del reloj es digno de ver y se realizan visitas guiadas en las que se puede contemplar la aguja y disfrutar de las vistas desde el tejado.
Otros edificios preciosos de Berna son la catedral gótica del siglo XV (la Berner Münster) y el ayuntamiento. El Rosengarten, sobre una colina que domina la ciudad, ofrece vistas panorámicas sobre esta maravillosa ciudad suiza.
Foto vía Todo viajes al extranjero y más
